Ya sabéis que soy arquitecta y me ilusiona crear propuestas espaciales con identidades únicas, intransmisibles, que dialoguen con el lugar donde están y con las personas que la habitan. Pero mi recorrido profesional es muy transversal, crucé diferentes disciplinas y culturas, y en determinado momento sentí una necesidad inmensa de sumergirme en una creación a micro escala donde se plasme toda mi fragilidad, audacia, empeño y filosofía. Así surge anualmente, desde hace 3 años, la colección CÁPSULA. En cada CÁPSULA me centro en el diseño artesanal lento y creo objetos singulares y con alma. Son objetos que nacen de la nada y se transforman en un todo, pensados especialmente para promover micro cambios que puedan marcar la diferencia y ayudarnos en el proceso de ENRAIZAMIENTO en nuestra propia casa. Piezas que huyen de la lógica industrial hacia una autoproducción SOSTENIBLE. Soy una entusiasta del arte y de la artesanía en general, creo en la importancia de los productos hechos a mano para hacer de nuestros espacios un LUGAR MEJOR.
Mis objetos nacen de restos de materiales de anteriores creaciones mías y que por sí ya contienen memoria. En cada experimento promuevo la ECONOMIA AFECTIVA, busco soluciones sosteniblemente creativas, aportando un nuevo uso y significado a los desperdicios de otros procesos creativos míos. REsignifico. REutilizo. REciclo. REcreo. Repito gestos y aunque cada CÁPSULA sea única, todas son fundamentales en la creación futura. Es un trabajo en cadena, los restos de una creación originan la próxima y la metamorfosis de esos segundos restos creará la siguiente, y así sucesivamente… Una economía cíclica en que todo se transforma y nada se pierde. Desde niña que este es mi proceso creativo 🙂
Constantemente, busco formas más atrevidas y sugerentes a través de la personalización de técnicas pasadas. Cada pieza son experimentos formales, que me sacan de mi zona de confort, y que oscilan entre los límites de la forma y la funcionalidad; entre esa delgada línea que separa el diseño de la estética pura.Las lanas, los hilos y las cuerdas son mis mejores aliados. Intento REconvertir simplicidad y tosquedad en delicadeza y levedad.
En África aprendí A HACER LA REVOLUCIÓN CON LO QUE HAY, más tarde confirmé que puedo transformar rutinas en experiencias únicas cada día. La acción es la misma pero la forma no. Y para que sea cada vez mejor esta práctica, nada como la experiencia. En cada pieza mía encontráis la repetición de muchos gestos, aunque la narrativa final sea siempre diferente y me lleve a pisar territorios desconocidos. Ejemplo de ello es la CÁPSULA del año pasado. Un tapiz (o varios) de su nombre R.AMA.

R.AMA es un tapiz (o varios) que conceptualmente partió de la observación de la ARQUITECTURA de los ÁRBOLES, cuya forma tridimensional puede ser compleja, pero nunca es aleatoria. Cada árbol tiene su programa específico de crecimiento, controlado por los genes. La forma final puede ser modificada por factores ecológicos pero siempre se quedan las reglas genéticas del desarrollo.

Este gran tapiz orgánico es construido por tapices de tamaños diversos independientes. Es como que si de un mosaico se tratara. Una composición que se puede desfragmentar, ser adquirida individualmente o en la totalidad de acuerdo con las necesidades de cada uno. Es (son) un(os) objeto(s) mutante(s) y performativo(s). Pequeñas piezas tejidas manualmente a través de la repetición del mismo gesto, aquello que produce el nudo. Nudos de diferentes tamaños cobran vida propia y diseñan cada pieza individual. Éstas cuando están juntas dialogan entre sí y Re.diseñan otra narrativa bastante más expandida… Llena de llenos y vacíos, de luz y sombra y de espacios escénicos del vivir contemporáneo. Estos hilos, lanas y cuerdas que se entrelazan y se amarran entre si tejen texturas orgánicas irrepetibles. La experiencia sensorial que se pueda tener es barroca, pero la luz y la sombra diseñada es minimal.

R.AMA fue presentada por 1º vez en la Galeria Verso Branco en Lisboa unida a una performance de La Hortera Refinada (Sonia Lago). La propuesta fue audaz, desconcertante, pero la receptividad fue total.
Estos próximos meses serán enteramente dedicados a ”cocinar“ los restos de esto tapiz y a crear otro objeto más. A finales del verano os daremos a tomar una CÁPSULA más 🙂